Tratamientos, sntomas, causas e informacin

Los problemas de los vasos sanguneos cerebrales pueden ser de dos tipos: Los vasos estn obstruidos dentro. Los cogulos causantes del problema se denomiman trombos cerebrales o embolismo cerebral. Causado por una obstruccin del vaso sanguneo. Este problema se suele producir por el desarrollo de depsitos de grasa en los muros del vaso, lo que

Los problemas de los vasos sanguíneos cerebrales pueden ser de dos tipos:

1. Ictus isquémico:

Los vasos están obstruidos dentro. Los coágulos causantes del problema se denomiman trombos cerebrales o embolismo cerebral. Causado por una obstrucción del vaso sanguíneo. Este problema se suele producir por el desarrollo de depósitos de grasa en los muros del vaso, lo que se denomina ateroesclerosis. Los depósitos de grasa provocan dos obstrucciones:

  • Trombosis: un coágulo que se desarrolla en el mismo vaso sanguíneo cerebral.
     
  • Embolismo: el coágulo se desarrolla en otra parte del cuerpo, generalmente en las grandes arterias de la parte superior del pecho y el cuello o el corazón. Una porción del coágulo se desprende y viaja por el flujo sanguíneo hasta que encuentra un vaso que es más pequeño y lo bloquea.

Los ictus isquémicos son los más frecuentes de todos los ictus, comprendiendo un 80 por ciento del total. En España se estiman de 150 a 200 casos anuales por cada 100.000 habitantes. Los dos tipos de ictus isquémicos más frecuentes son:

  • Ataque isquémico transitorio (AIT): Presenta unos síntomas similares a los de un infarto, pero es más corto y no muestra las consecuencias propias de un infarto. El AIT es un episodio de déficit neurológico de corta duración que en la mayoría de los casos dura menos de dos horas. Entre el 7 y el 40 por ciento de los pacientes que sufren un AIT, poco después sufren un ictus isquémico.
     
  • Infarto cerebral: Deja una lesión cerebral permanente.

Según su extensión y localización, los ictus isquémicos pueden clasificarse de la siguiente manera:

  • Ictus isquémico total: Es de gran tamaño y afecta a la arteria cerebral media o la arteria cerebral anterior. Provoca disfunción cerebral superior, hemianopsia homónima y déficit motor y/o sensitivo homolateral.
     
  • Ictus de Circulación Posterior: Afecta a los pares craneales que provocan déficit motor y sensitivo contralateral. Provoca patología oculomotora, disfunción cerebelosa sin déficit de vías largas ipsilaterales y hemianopsia homónima aislada.
     
  • Ictus Lacunares: Provocan hemisíndromes motor puro, sensitivo puro, sensistivo motor, hemiparesia atáxica y disartria.

2. Ictus hemorrágico:

El vaso se rompe, lo que provoca que la sangre irrumpa en el cerebro. Al entrar la sangre comprime el tejido cerebral. Existen dos subtipos de este tipo de ictus, la hemorragia intercerebral y la subaracnoidea. Sucede cuando se rompe un vaso sanguíneo débil. Existen dos tipos de estos vasos débiles que provocan ictus hemorrágicos: los aneurismas y las malformaciones arteriovenosas.

  • Aneurisma: es una región inflada o debilitada de un vaso sanguíneo. Si no se trata el problema crece hasta que el vaso se rompe.
     
  • Malformación arteriovenosa: es un grupo de vasos sanguíneos formados de manera anormal. Cualquiera de estos se puede romper.
     
  • Ataques isquémicos transitorios: las condiciones indicativas de un ictus isquémicos se presentan durante un pequeño periodo de tiempo, y se resuelve por sí solo a través de mecanismos normales. Es un indicativo potente de un ictus, por lo que cuando se produce, hay que tomar medidas para evitar un ataque más serio.

Las hemorragias cerebrales suponen el 15 por ciento de todos los ictus y presentan una tasa de mortalidad del 45 por ciento. Afectan de 10 a 30 personas por cada 100.000 al año, y la recuperación de los supervivientes no es rápida: solo un 10 por ciento de ellos podrá ser independiente al  cabo de un mes, y el 20 por ciento lo será a los seis meses.

Las hemorragias subaracnoideas, por otra parte, son menos frecuentes, registrando sólo el cinco por ciento de todos los ictus. Se dan de siete a 10 casos por cada 100.000 personas cada año, y es más común entre la gente entre 50 y 60 años, especialmente las mujeres. La tasa de mortalidad se encuentra en un 51 por ciento.

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